Aquí empieza tu aventura

De cero a Vespilla en tres curvas

Vespilla nace de una pasión: la de restaurar motos con cariño, con calma, pieza a pieza. Todo empezó casi sin querer, en ratos libres dedicados a devolverle la vida a Vespas antiguas. Y una tarde, charlando en la terraza de casa, surgió la idea: “¿Y si compramos cuatro o cinco Vespas y enseñamos esta parte de la isla con ellas?” Aquella idea casual poco tardó en coger forma y convertirse en lo que hoy es Vespilla. Como diríamos los mallorquines “Dit i fet” (Dicho y hecho).

Vespilla no es solo un proyecto sobre ruedas, es una manera de compartir nuestra forma de vivir en Mallorca desde el cuidado y respeto que merece. Por eso nos gusta ofrecer calidad y calidez sin ser ambiciosos. Queremos que los grupos sean reducidos y que la prisa no tenga lugar para que puedas sentir que vives aquí y estás rodando con amigxs.

En Vespilla todo empieza y acaba en casa. María nació en Malpas y Juanjo, aunque vino de Barcelona hace más de diez años, se enamoró sin resistirse de este rincón del norte. Y no es para menos. Cuando recorres la carretera que va de Alcudia a su garaje se te cambia la cara. Empiezas a sentir que el aire sabe diferente y te dejas llevar. Así que confía y deja que ellos te guíen.

Eso es Vespilla: una mezcla de amor por las Vespas, pasión por la isla y muchas ganas de que vivas algo especial. Las rutas están pensadas al detalle pero lo que realmente guía cada salida es el corazón.

Conoce al equipo

María es cofundadora de Vespilla y será la primera cara que vas a ver en Vespilla. Te dará la bienvenida, te explicará las rutas, gestionará tú reserva y se asegurará de que todo esté listo antes de arrancar.

Lleva la parte comercial y de la atención al cliente. Si tienes una duda, una petición o simplemente necesitas sentirte como en casa, ella es tu persona.

Juanjo es cofundador de Vespilla, y si reservas una salida, lo vas a tener muy cerca. Es el que te llevará por las rutas que ya tenemos preparadas, el que conoce cada curva de Malpàs...

Será tu guía, tu mecánico y, probablemente, tu colega durante el viaje. Porque si algo tiene claro, es que lo importante es disfrutar del camino.